Entrevista a nuestro presidente, Fernando Ezquerro, por parte del periodista Sergio Martínez (Diario La Rioja – 05/08/2020).
La Federación de Cooperativas Agrarias de La Rioja (FECOAR), que integra a 26 cooperativas agroalimentarias, la mayoría vinícolas, supone un buen referente para tomar el pulso al sector y a cómo viven estas entidades que agrupan a miles de agricultores riojanos, la actual crisis derivada del coronavirus. Fernando Ezquerro, su presidente, habla de la buena salud del cooperativismo riojano y de su carácter innovador pese a los tópicos, aunque asume las dificultades que encontrarán durante y una vez pasada la vendimia.
¿Cuál era la situación del cooperativismo agrario riojano antes de la pandemia?
El cooperativismo está estrechamente ligado al sector primario. En FECOAR contamos con más de 6.000 socios en nuestras cooperativas, que suponen una parte importante de la agricultura riojana. Las cooperativas riojanas surgieron muchas en torno a los años 50 y 60, en época de crisis, agrupándose para encontrar consuelo y algo más de seguridad. En los tiempos duros el cooperativismo sale reforzado, pero también hay que tener espíritu cooperativo, no todo el mundo tiene esta visión. Pocas han cerrado en todos estos años, las cooperativas funcionan con buena salud.
¿Cómo afrontan las cooperativas vinícolas la próxima vendimia en el contexto actual?
Cada una tiene un plan de acción, ya que unas embotellan, otras son de vino a granel, otras tienen contratos plurianuales… Por ejemplo, la mayoría de los que venden a granel cuentan con clientes de confianza con los que llegarán a acuerdos para que todo siga funcionando. Habrá merma de precios pero venderán su vino. septiembre no va a ser problemático, sino enero, cuando empecemos a sacar el vino. La situación es muy complicada. El vino depende mucho del canal HORECA y se va a resentir, las embotelladoras, por ejemplo, bajaremos el volumen.
En los últimos tiempos muchas cooperativas han avanzado en su modernización.
Las cooperativas son entidades democráticas y cada una marca su proyecto, pero el socio lo que demanda es que sea a largo plazo. Todas hemos invertido en tecnología en los últimos años, estamos muy preparadas en ese aspecto. Las cooperativas invierten para tener un producto diferenciado y de calidad, con un vino que se paga mejor que a los cosecheros y con una uva que se paga mejor que a los viticultores individuales, según indica la sección de Estadística de la Consejería.
¿Sigue existiendo el tópico de la cooperativa como una entidad conservadora?
Las cooperativas ya no están anquilosadas y están dirigidas por grandes profesionales y consejos rectores bien formados. En La Rioja se hacen inversiones nuevas y fuertes, y a nivel nacional existen cooperativas en España que factura más de 1.000 millones de euros y tenemos grandes referentes cerca como el Grupo AN en Navarra. Hay Comunidades Autónomas que han apostado mucho por el cooperativismo, como Andalucía, el País Vasco, Cataluña, Navarra… Aquí no hemos tenido tanto apoyo, en parte por culpa nuestra y parte por la de la Adminstración, que no ha tenido esa visión.
¿Cómo ve el futuro del cooperativismo riojano?
Espero que bien porque veo que los socios están satisfechos. Cada cooperativa debe hacer su reflexión sobre si le da al socio lo que quiere, tiene que valorar si tiene un proyecto de futuro atractivo para ellos. El cooperativismo es unión y es fuerza, y estratégicamente tenemos más importancia que la que se nos suele dar.
¿Qué pediría a ese futuro?
En Rioja creo que debería darse más importancia al stock de regulación, porque da facilidades a viticultores y a bodegas para encarar situaciones como la crisis del 2017. El stock es poco atractivo. Por otra parte, somos la única Denominación de Origen en la que mandamos nuestros vinos a destilar obligatoriamente, algo que no da ni para gastos. Metemos uva de nuestros socios para perder dinero y uva por una decisión del Consejo. A nivel europeo, creo que en la PAC deberían primar los fondos para regular el mercado del vino, sería más eficaz.